La presencia de aluminio en el agua de consumo se debe principalmente al uso de sales de aluminio en el tratamiento de potabilización, como coagulantes para ayudar a eliminar las partículas suspendidas en el agua. Se utiliza como parámetro indicador la calidad del agua, ya que su presencia por encima de los valores establecidos afecta negativamente al sabor y la turbidez del agua.
Calidad del agua de consumo
Siguiendo con nuestra serie de artículos dedicados a los parámetros indicadores de la calidad del agua de consumo, hoy veremos algunos aspectos básicos sobre el aluminio.
La presencia de aluminio en el agua de consumo se debe principalmente al uso de sales de aluminio en el tratamiento de potabilización, como coagulantes en la fase de floculación-coagulación.
Las sales de aluminio añadidas al agua actúan como coagulantes haciendo que las partículas finas y coloidales, que son demasiado pequeñas para ser removidas del agua por filtración directa, se aglomeren en partículas más grandes. Posteriormente, en la fase de floculación, estas particulas se van uniendo en agregaciones de materia orgánica (flóculos) aún mayores, que pueden eliminarse del agua más fácilmente por sedimentación y filtración.
La concentración de aluminio residual en el agua una vez tratada no debe superar los límites establecidos por la normativa. La cantidad de aluminio residual depende de varios factores, incluyendo la dosis de coagulante utilizada, el pH del agua durante el tratamiento, la eficacia del proceso de sedimentación y filtración, y la naturaleza de las impurezas en el agua cruda.
El control del pH del agua en un rango de aproximadamente 5.5 a 7.5. en la planta de tratamiento se considera una opción clave para solventar esta problemática y controlar las concentraciones de aluminio. En este rango de pH, se aumenta la eficiencia de las sales de aluminio como coagulante, lo que permite reducir su dosificación y, con ello, la concentración de aluminio residual en el agua.
El aluminio como parámetro indicador
El papel del aluminio como un parámetro indicador de la calidad del agua potable es importante por varios motivos.
Por una parte, niveles elevados de aluminio en el agua pueden causar cambios en el color, la turbidez y el sabor del agua, lo que puede hacerla menos aceptable para el consumo.
Excesivo aluminio residual también puede ser un indicio de problemas en el proceso del tratamiento del agua, por ejemplo un exceso de coagulante. Las plantas de tratamiento de agua deben controlar cuidadosamente la dosificación de coagulantes de aluminio y ajustar el pH del agua para optimizar la coagulación y minimizar la cantidad de aluminio residual.
Por otra parte, aunque la relación entre la exposición al aluminio y ciertas condiciones de salud aún es objeto de investigación, existe preocupación por su posible vinculación con enfermedades del sistema nervioso, como la enfermedad de Alzheimer. El aluminio puede afectar también negativamente a los ecosistemas acuáticos, ya que altas concentraciones pueden ser tóxicas para la vida acuática, afectando a peces y otros organismos.
Regulación del aluminio en el agua de consumo
En España, el Real Decreto 3/2023 establece un valor paramétrico de 200 μg/L. , que indica el límite máximo permitido para garantizar la calidad del agua.
En el RD 3/2023 se recomienda que a partir de 300 µg/L a salida de tratamiento, las medidas correctoras sean de rápida aplicación, ya que significa que ha habido una mala gestión de la ETAP.
Por otra parte, el valor de no aptitud del agua se establece en una concentración de aluminio de 600 μg/L
Si os interesan los parámetros indicadores de la calidad del agua, aquí os enlazamos a los artículos anteriores de la serie: conductividad, pH, índice de Langelier, hierro y manganeso, amonio, colifagos somáticos , carbono orgánico total, sodio y cloro residual.