
Las operaciones menores para la prevención y el control de Legionella son aquellas acciones de mantenimiento y limpieza que se realizan en instalaciones de riesgo para minimizar la proliferación de la bacteria Legionella pneumophila. ¿Sabes en qué consisten, quién puede realizarlas o cómo deben registrarse? Altimir Assessoria nos lo explica.
Operaciones menores para el control de Legionella
Las operaciones menores para la prevención y el control de Legionella son acciones de mantenimiento y limpieza que se realizan en instalaciones de riesgo para minimizar la proliferación de esta bacteria. Estas acciones no implican la manipulación y/o el uso de biocidas, se realizan de forma rutinaria y son complementarias a los tratamientos químicos y físicos que se aplican en los programas de control de Legionella.
En España, las operaciones menores para la prevención y control de Legionella se detallan en el Real Decreto 487/2022, de 21 de junio, que establece los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis. Entre ellas, encontramos la medición de parámetros físico-químicos como el control de la temperatura del agua, el nivel de biocida y el pH, el purgado de puntos terminales para evitar el estancamiento del agua, o la revisión y limpieza de acumuladores y depósitos para prevenir la acumulación de lodos y biofilms.
Hoy hablamos con Montse Castellano, Responsable de Calidad y Técnico Asesor en aguas potables, Legionella y piscinas en la división de calidad y seguridad medioambiental de Altimir Grup sobre este tema.
¿Qué son las «operaciones menores» para la prevención y el control de Legionella?
Son las operaciones básicas que se realizan para prevenir el crecimiento de la Legionella en las instalaciones que tienen riesgo de proliferación.
Aunque todas las instalaciones se limpien y desinfecten con una cierta periodicidad, no implica que no puedan recontaminarse. Si esto ocurre, y es por una concentración baja de la bacteria, el tener unos parámetros controlados, como pueden ser la temperatura, el nivel de cloro o las purgas en tramos de agua estancada, evita que la bacteria pueda multiplicarse dentro de la instalación.
Estas operaciones siempre se han de realizar mientras la instalación se encuentre en marcha y, en caso de que no se cumplan los valores que marca la normativa, se deben llevar a cabo las medidas correctoras correspondientes. Todas las operaciones deben quedar registradas. No basta con hacerlas, hay que tener constancia escrita.
¿Quién las realiza?
Deben realizarlas las personas designadas para este trabajo, y su rol debe quedar descrito en el Plan de Prevención y Control de Legionella (PPCL). Normalmente suele ser personal de mantenimiento de las instalaciones, que debe estar formado para llevar a cabo estas tareas.
Es importante que este personal sepa porqué se realizan las operaciones de mantenimiento y qué puede suceder si no se controlan correctamente ciertos parámetros. También deben saber las medidas correctoras que hay que aplicar en caso de incidencia y cómo manejar los equipos que darán el valor de cada parámetro: fotómetro, turbidímetro, etc.
Purga de puntos terminales: Apertura de una ducha cerrada durante más de una semana / Montse Castellano
¿Qué parámetros se controlan?
Depende del tipo de instalación. Por ejemplo:
- Piscina de hidromasaje con recirculación: se controla nivel de biocida (cloro residual libre, cloro combinado, bromo total…), pH si su acción depende del biocida utilizado, temperatura, turbidez, entre otras.
- Agua fría sanitaria: temperatura, nivel de biocida (cloro residual libre), pH si su acción depende del biocida, turbidez. También se realizan otras operaciones, cómo serían las purgas de puntos terminales sin abrir durante una semana, etc.
Para cada instalación tenemos diferentes puntos a controlar, en agua caliente sanitaria, por ejemplo, debemos tomar la temperatura en el acumulador, retorno, puntos terminales y realizar también otras operaciones como revisiones, purgas, etc.
Revisión de elementos terminales / Montse Castellano
¿Con qué frecuencia se llevan a cabo?
La frecuencia es específica en cada caso y según las pautas que rigen las normativas en vigor. Pero suelen ser operaciones diarias, semanales, mensuales, trimestrales, anuales…
¿Qué equipos y materiales se utilizan para llevarlas a cabo?
Como se ha comentado anteriormente, y dependiendo del parámetro a analizar, necesitamos los siguientes equipos: termómetros para la temperatura, fotómetros para medidas de biocida (por ejemplo, cloro residual libre o bromo total), turbidímetros para medir la turbidez, etc.
Estos aparatos deben funcionar correctamente, estar verificados y calibrados.
¿Cómo se registran estos parámetros?
Hay algunos instrumentos que permiten las lecturas a tiempo real y que almacenan los datos durante un cierto periodo de tiempo, pero generalmente las operaciones realizadas se registran manualmente en formato papel, o en aplicaciones en dispositivos móviles.
Por ejemplo, Altimir Grup ha desarrollado la herramienta de automatización y digitalización Altimir Checkdot, que está diseñada para optimizar los procesos de autocontrol en los ámbitos de Legionella, seguridad alimentaria y piscinas. Es totalmente configurable a las necesidades de cada establecimiento, y permite registrar y mantener toda la documentación centralizada y fácilmente accesible.
Todos los registros de operaciones menores para el control de Legionella deben conservarse durante 5 años.
¡Muchas gracias Montse!