Estrategia de las enterobacterias
Enviado por editora el Mié, 07/08/2009 - 07:31
Las aflatoxinas son micotoxinas producidas por dos especies de Aspergillus, un hongo que se encuentra especialmente en lugares con clima cálido y húmedo. Las aflatoxinas, que pueden desarrollarse en alimentos como frutos secos, maiz o arroz por contaminación con los hongos antes o después de la cosecha, son genotóxicas y cancerigenas. Un estudio de EFSA para la Comisión Europea situa en 10microgramos/Kg el nivel máximo recomendable de estas sustancias en los alimentos comercializados, un nivel que hasta ahora era de 4microgramos/kg.
Los resultados de un estudio realizado por el National Veterinary Institute de Oslo, Noruega, indican una correlación entre la persistencia de la bacteria de la Salmonella y su capacidad para crear biofilm. El estudio se centró en 111 cepas de la bacteria, de los serovares Agona, Montevideo, Senftenberg y Typhimurium, localizadas en fábricas de piensos y harina de pescado noruegas en el periodo de 1991 a 2006.
Tratar la carne de pollo con ácidos orgánicos, como el acético, cítrico o tartárico y extractos vegetales puede reducir considerablemente la presencia de bacterias patógenas como E.Coli, Salmonella Typhimurium o Listeria monocytogenes, de acuerdo a un estudio realizado por investigadores del Food Safety Consortium en EEUU.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas (CSIC) han desarrollado un método de laboratorio para detectar residuos de antibióticos en la leche que supera en rapidez y sensibilidad a los procedimientos actuales. El sistema es específico para antibióticos betalactímicos, que incluyen hasta seis penicilinas y que constituyen uno de los grupos de antibióticos más utilizados en el sector vacuno.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) han publicado el informe anual sobre brotes alimentarios en la UE durante 2007 en el que la salmonella permanece como la causa más habitual de intoxicación, seguida por infecciones virales y el Campylobacter. En total se reportaron 5.609 brotes alimentarios en 2007, que representaron un descenso del 2,2% respecto a 2006.